Es fundamental partir de una buena base, dejarse guiar por un buen profesional que convierta nuestro swing natural en un movimiento que no tenga defectos ni vicios y que haga progresar más rápida y eficazmente nuestro juego.
A no ser que uno tenga el don intrínseco de la genialidad que atesoran o han atesorado algunas contadísimas e irrepetibles figuras del deporte mundial, como por ejemplo Severiano Ballesteros, va a ser muy difícil que en una disciplina como el golf haga una gran carrera –incluso una pequeña– sin contar con la ayuda de un profesional de la materia.
Y es que hay deportes en los que resulta muy complicado ser autodidacta, especialmente en aquellos en los que se hace necesario una o varias “herramientas” para desarrollarlas.
El golf es paradigmático en este sentido, aunque también se puede intentar emular a Seve y a otros muchos grandes jugadores españoles de aquella época y anteriores (los Piñero, Cañizares, Rivero, Garrido…) que se formaron en su mayoría trabajando de caddies y aprendiendo por sí mismos, a base de observación y práctica y, si tenían suerte, de algún consejo de los golfistas más avezados. Tenían instinto, talento y, en aquellos difíciles tiempos de la economía española, ganas de forjarse un futuro en el mundo del golf.
Su swing natural les llevó muy lejos. Pero aquellos tiempos quedan ya muy atrás, y cada vez, en España, resulta más difícil contratar los servicios de un caddie, sencillamente porque se han convertido en una rara avis casi en peligro de extinción. Y si los encuentra, ya no tienen nada que ver con aquellos de hace medio siglo que se buscaban la vida para llevar unas pesetas a casa y así ayudar a la escuálida economía familiar.
Los tiempos cambian y la enseñanza del golf también. El número de aficionados a este deporte en España ha crecido enormemente en las últimas décadas y ronda en la actualidad los 300.000 federados. Para satisfacer la demanda de instrucción han proliferado las academias de golf, muchas de ellas dotadas de modernos equipos tecnológicos de análisis de swing.
El golf es un deporte muy complejo en el que intervienen múltiples factores e influyen diversas circunstancias: desde las condiciones del terreno de juego, a las meteorológicas o las de nuestro estado anímico en un determinado momento. Por no hablar del abanico de posibilidades o estrategias que se nos presentan cuando queremos atacar determinado objetivo: si arriesgamos sobrevolando el agua o nos mostramos más conservadores y aterrizamos antes o en el lateral sobre el césped, si superamos el bunker o nos quedamos cortos, si intentamos llevar la bola por encima del árbol o por debajo de sus ramas, si lograremos la suficiente distancia para atajar el dog-leg, si…
Es el golf un juego de muchas conjunciones condicionales, de muchas dudas y pocas certezas, de desafíos constantes que exigen respuesta inmediata.
Por eso es fundamental partir de una buena base, de dejarse guiar por un buen profesional que convierta nuestro swing natural en un movimiento que no tenga defectos ni vicios y que haga progresar más rápida y eficazmente nuestro juego.
Hoy en día en el golf resulta imprescindible un profesor tanto durante el proceso de iniciación en este deporte como para mejorar las habilidades de los experimentados.
La Costa del Sol, uno de los destinos de golf líderes del mundo, cuenta con numerosas academias de golf para iniciarse en este deporte o para perfeccionarlo.
Los profesionales que se encargan de la enseñanza, cuya cualificación está avalada por sus correspondientes asociaciones nacionales, hacen mucho más que proporcionar unas clases: facilitan una mejora del juego a largo plazo, al sentar y afianzar unas bases sólidas que nos acompañarán el resto de nuestra vida deportiva.
Un buen profesor te enseñará algunas cosas que nunca habrías aprendido con una o unas meras clases. Sólo un profesional de calidad será capaz de que consigas transferir tus buenos golpes del campo de prácticas al campo de golf de verdad. Te hará ver que cada golpe que pegues en el driving range es tan importante como si lo ejecutases en un importante campeonato.
Y si la academia tiene además unas instalaciones completas de prácticas para pegar todos los golpes y afrontar las distintas situaciones que se pueden dar en el juego real, mejor que mejor. Si además cuenta con unos cuantos hoyos completos, un pequeño recorrido anexo de pares 3, será la escuela ideal para iniciarse en el siempre sorprendente y atractivo mundo del golf.
Como bien dijo en acertada frase el célebre Sam Snead, “no puedes ir a una tienda y comprar un buen swing”.
Por suerte, existen las academias y los profesionales que nos ayudarán a iniciar un emocionante idilio con
este tormentoso y apasionante donjuán que es el golf.
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